Acerca de este cuestionario
El delicioso pan dulce o salado mexicano, es el resultado de la unión del proceso artesanal europeo que se fusionó con el pan utilizado en los rituales y ceremonias de las culturas prehispánicas de México. En la época de la colonia española, en México se elaboraban dos tipos de pan, el pan florido elaborado con harina blanca o "flor de harina" que era el pan para los nobles, virreyes y el clero; y el pan común o pambazo, elaborado con harina menos fina y más oscura, destinado a la gente pobre.
Posteriormente, con la intervención francesa, también llegaron los reposteros de dicho país que introdujeron en México el arte de la repostería francesa. Tanto España como Francia le dieron forma a la repostería que posteriormente saldría de los hornos de las panaderías mexicanas. Una combinación con el pan heredado de nuestros antepasados mesoamericanos. De esta forma, nuestra variedad de pan dulce y salado es de las más extensas en el mundo.
Gracias al ingenio mexicano, no podían faltar los varios refranes relacionados con el pan, que demuestran lo importante de este alimento en nuestra sociedad. Y no porque quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde al perro. Es mejor que te prepares para reconocer estos deliciosos panes que forman parte importante del desayuno, de la merienda o de cualquier hora en México. Al pan, pan, y al vino, vino. ¡Comencemos!
El tradicional pan de muerto se prepara con motivo de los festejos del Día de Muertos, que se celebran en México el 1 y el 2 de noviembre. El pan es grande, se prepara con masa de danés, lo que lo hace un pan esponjoso, tiene sabor a naranja y está decorado con unas figuras que simulan huesos y además es parte central de los altares del día de muertos. En verdad es una delicia que se puede disfrutar por una corta temporada al año.
La tradicional rosca de reyes se prepara para el 6 de enero, día en que se festeja en México la llegada de los Reyes Magos. Es una costumbre heredada de España y Francia. La rosca de reyes tiene un delicioso sabor a naranja y está decorada con fruta seca y cerezas. En su interior lleva "niñitos Dios" de plástico y se acostumbra compartirla con los amigos y la familia. Cuando a alguien "le sale el niño" en su rebanada, debe invitar tamales el 2 de febrero, día de la Candelaria.
Los cuernos son en realidad el equivalente al croissant francés; en México se preparan dulces y salados. Son realizados a partir de una masa esponjosa y se utilizan para prepararlos rellenos al estilo francés, para acompañar la comida, o como pan dulce en la cena.
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Las deliciosas conchas, son un pan dulce esponjoso de forma redondeada con formas de glaseado dulce de azúcar encima, que hacen que se asemeje a una concha de mar. Hay conchas de chocolate y de vainilla y se hornean de tamaño chico y grande.
El beso se llama así ya que consta de un par de piezas horneadas de pan dulce, que están unidas con mermelada de fresa o chabacano simulando un beso. La masa del pan se hornea y se revuelca en crema y azúcar, para posteriormente unir las piezas con la mermelada de frutas.
Este es otro de los panes favoritos de muchos mexicanos. Su nombre, bizcocho, se usa como un piropo ya sea para los hombres o mujeres ¿O no es así bizcochito? Este dicho es el equivalente a decir qué guapo o guapa estás.
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Las donas mexicanas son muy sabrosas, su forma es peculiar, y su tamaño es pequeño. Las tradicionales van espolvoreadas con azúcar granulada o con azúcar y canela. Remojadas en leche fría o en chocolate caliente, son una delicia.
Los ricos polvorones, son galletas enormes y gruesas que se hacen polvo al morderlas, ya que su masa es muy seca y porosa. Se espolvorean de azúcar glass. Hoy en día, también se elaboran en forma industrializada, pero los más ricos siguen siendo los que nacen en una panadería.
Los tradicionales bolillos se preparan diariamente en todas las panaderías de México, ya que resultan indispensables para acompañar la comida. Es un pan salado, crujiente por fuera y suavecito por dentro. Muchas personas retiran el interior, parte que se conoce como migajón, pero otras se lo pelean. Este tipo de pan tiene la influencia de la panadería francesa.
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La oreja es un delicioso pan de hojaldre azucarado con una textura dura, pero agradable, que puedes acompañar con una buena taza de café o de leche fría. Hay varias teorías de cómo llego a México, pero la más sonada es por influencia de la panadería francesa. Se prepara en tamaño mini y grande.
Definitivamente, en la panadería mexicana hay nombres graciosos de pan, y los calzones son muestra de ello. Estos son una especie de empanaditas de masa de pan simple, rellenas de dulce, ya sea chocolate, cajeta o mermelada, y barnizadas con huevo.
La telera es un pan salado de gran tamaño, crujiente por fuera. Es el que usualmente usan las torterías por sus dimensiones, para preparar deliciosas tortas. También se utiliza para acompañar la comida.
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El pan de yema es tradicional del estado de Oaxaca y no puedes evitar comerlo con una buena taza de chocolate oaxaqueño. Es ligeramente dulce y tiene un toque de anís y ajonjolí. En época de muertos, se le pinta una carita o alfeñique que simboliza a la persona difunta a la que se le ofrece el pan, y se coloca en los altares de muertos.
La corbata, también llamada moño, es un pan hecho de masa de danés que le da una esponjosa suavidad a su interior. Por fuera, el pan debe estar espolvoreado con azúcar granulada. Las corbatas son deliciosas cuando las remojas en café negro o leche fría, lo cual contrasta con el dulce sabor del pan.
Las grageas son favoritas de los niños por sus vivos colores y consisten de un galletón grueso cubierto de chochitos o grageas de colores. Al morderla o partirla, te pasará casi igual que con un polvorón, soltará muchas migajas y chochitos por todos lados.
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Los churros son una delicia que adoptamos de los españoles. Puedes disfrutarlos a cualquier hora del día acompañados de leche, chocolate caliente, o solos. Están hechos de una masa de fresa, se fríen para cocinarse, y finalmente se espolvorean con azúcar. También existen las versiones rellenas de cajeta o chocolate. En México, ¡no hay feria sin churros!
Este rico pan llamado bigote, está hecho de masa de danés o pasta hojaldrada. Hay bigotes espolvoreados con azúcar granulada o bien sin ella. ¡Son deliciosos! También los puedes encontrar en forma industrializada rellenos de chocolate o de cajeta, pero la verdad, los mejores son los de la panadería recién horneados.
Es fácil deducir que este pan nació con la llegada de los españoles a México, ya que los "cochinitos" o "chanchitos" llegaron con ellos. Los panes tienen un sabor a canela y piloncillo, y son típicos de pueblos y barrios antiguos, así como de las panaderías más tradicionales de México. Según se dice, están basados en el pan de jengibre inglés. Son muy sabrosos chopeados en café de olla.
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Las gorditas de nata son una especie de pan mexicano elaborado a base de harina de trigo, nata y azúcar. Se le considera, al igual que los churros, como un antojito callejero ya que no falta un puesto en las ferias, en el tianguis, o a la salida de las misas en diferentes iglesias. Estas gorditas, ni se hornean ni se fríen, solo se cocinan en comal.
Para elaborar la trenza, el panadero entrelaza la masa hasta tomar la forma de una trenza. Al salir del horno puede espolvorearse con azúcar granulada, o bañarla con cobertura de chocolate. La trenza puede estar hecha de diferentes estilos de masa, sin embargo, la más común es el hojaldre.
Para prepararla, se utiliza pasta hojaldrada, la cual hay que doblar y doblar para que a la hora de hornear, se infle la masa y deje un hueco el interior. Este pan es tan difícil de elaborar y hornear como de comer sin hacer un desastre, ya que su fina constitución se desbarata a la primera mordida. Tip: hay que remojarla (chopearla) previamente en un café lechero, chocolate caliente o leche fría.
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El delicioso pan de elote se elabora con granos de elote y es un deleite para cualquier hora del día, como postre o como golosina. Su hermoso color dorado se debe a los elotes, y generalmente se prepara en un molde cuadrado en donde se corta en cuadritos. Se puede espolvorear con azúcar glass, pero solo como adorno, pues al ser elaborado con leche condensada, no la necesita.
Los buñuelos son herencia española, y según mi abuela, se les daba su forma circular al amasar la masa en las rodillas de la buñuelera. Esta masa aplanada se fríe después en aceite para que esponje, y al sacarla, se rocía con azúcar granulada y un poco de canela. Si le llegara a faltar dulce, se le puede bañar con miel de piloncillo. Los buñuelos son típicos de la Navidad, pero se pueden encontrar a la venta en ferias, afuera de las iglesias, o en su versión industrializada en la tiendita de la esquina.
Así es, la rebanada literalmente es una rebanada del bolillo que sobró a la hora de la comida. Se unta con mantequilla y se cubre con azúcar granulada. Otra versión de esta rebanada consiste en untar las mitades de los bolillos con mantequilla y luego hornearlas, para que el pan se caliente y la mantequilla se desbarate. Fuera del horno, se espolvorea con azúcar. No importa cómo prepares tu "rebanada", todas las sobras de pan se habrán aprovechado.
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El ojo de buey, también llamado ojo de Pancha, es la variación de un bisquet elaborado por un cocinero chino integrado a los ejércitos chinacos del siglo XIX. Su nombre claramente define su aspecto. Este pan lleva pasta hojaldrada en su exterior y una masa más dura al centro. También existe la versión salada.
Las banderillas son tiras largas de pan hojaldrado, azucaradas por encima. Estas flautas son deliciosas, pero algo escandalosas de comer, y como todo el pan de hojaldre, se desbarata a la primera mordida. Es un gusto que vale la pena. Ahora hay versiones de minibanderillas, las cuales pueden tener el sabor tradicional, estar espolvoreadas con azúcar glass, o con una cobertura glaseada.
El cocol, que procede del náhuatl cocolli, era un pan hecho de harina de maíz en la época prehispánica, pero después de la llegada de los españoles se utilizó la harina de trigo. Su forma es de rombo y puede estar o no cubierto de ajonjolí. A veces lo puedes encontrar con sabor a anís o a piloncillo.
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El rehilete es un delicioso pan hojaldrado de corte cuadrado. El estilo de sus puntas y el centro adornado con un toque de mermelada, le da el aspecto de un rehilete de verdad. Este pan es el resultado de la influencia de la pastelería francesa en nuestro país.
Con la idea de aprovechar el pan que no se vendió, los panaderos idearon la realización de este pan hecho a base de migas de otros panes, harina de trigo, mantequilla, leche y son espolvoreados con azúcar. Una vez horneados, se les puede bañar con chocolate derretido. El nombre de piedra lo recibe porque el pan tiene una consistencia bastante dura de galleta.
El huacal es otro pan que se elabora con pasta de hojaldre y es pariente lejano del volcán francés. Una vez horneado se rellena con crema batida, crema chantilly o crema pastelera. ¡Muy recomendable!
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La chilindrina es muy parecida a la concha, pero en lugar de llevar el adorno típico de la concha que la asemeja a una concha de mar, la chilindrina lleva trozos de azúcar mojada que se le agrega al pan una vez terminada su cocción.
El chamuco es un pan artesanal que nace en Aguascalientes y se encuentra en todas las panaderías tradicionales del estado. Consiste de una especie de galleta grande, suave, sin llegar al polvorón, y encima lleva una especie de masa más ligera. Se utilizan dos tipos diferentes de masa tanto en consistencia como en color, que se hornean al mismo tiempo.
Lo deliciosos garibaldis nacieron en la pastelería El Globo (desde 1884), una de las más tradicionales y antiguas de México, propiedad de la familia italiana Tenconi. El pastelito que es un panquecito invertido, está barnizado de mermelada de chabacano y cubierto de chochitos o grageas de azúcar color blanco. Recibió su nombre en honor a Giuseppe Garibaldi, padre de la Italia unificada. Se hizo tan popular que ahora muchas panaderías lo imitan.
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El pan de pulque es tradicional de la región norte del país y es herencia de los Tlaxcaltecas. Se le nombró así porque la levadura empleada para darle volumen y cuerpo al pan, es el pulque. Otros ingredientes utilizados en su elaboración son azúcar, harina de trigo y huevo.
Por lo que cuentan los panaderos, las campechanas, son de los panes más difíciles de preparar. Su nombre viene del estado donde son originarias, Campeche, y se elaboran a base de varias capas de pasta de hojaldre, y como están “infladas” en el interior, es un pan prácticamente hueco por dentro. Te retamos a morderla sin que se despedace por completo. Es muy parecido al hojaldre yucateco.
Los pastes de Real del Monte, Hidalgo, tienen su origen a inicios del siglo XIX cuando un grupo de británicos llegó a la región a trabajar en una concesión de minas. Los ingleses comían cornish pasty, unos panecillos rellenos en forma de empanadas, que con el tiempo se convirtieron en "pastes". Originalmente se rellenaban de papa con carne, pero ahora, al relleno original se le agrega cebolla y perejil. Los pastes, a diferencia de las empanadas, se hornean con el relleno crudo.
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Del nombre francés biscuit, una de tantas teorías dice que los bisquets son la versión mexicana, de la versión china, de la versión estadounidense de un pastry inglés. Podemos notar que se come en muchas partes del mundo, y uno de los más sabrosos es el mexicano. Este pan se rebana y se puede untar con mantequilla y mermelada, o bien rellenarlo de jamón y queso como si se tratara de un sándwich.
El pambazo, cuyos orígenes datan de tiempos de la colonia, proviene de las palabras "pan" y "basso", cuyo significado era pan bajo destinado a la gente con menos recursos, ya que se elaboraba con harina morena. Este pan, una vez horneado, se espolvorea con harina. En Veracruz se prepara partiéndolo en dos y rellenándolo de frijol negro, chorizo, papa, lechuga y queso fresco. ¡Exquisito!
Las deliciosas cemitas poblanas son panes salados y crujientes elaborados con una pasta firme que varía entre el pan rústico europeo y el bolillo mexicano. Puedes comerla a pedazos acompañando tu comida, o bien, rebanarla por en medio y prepararte una "torta" de cemita. 100% recomendable.
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El birote, originario de Jalisco tiene una leyenda sobre su origen. Se cuenta que el belga Camille Pirotte, panadero de uno de los batallones franceses que llegaron a Guadalajara durante la intervención francesa, abrió una panadería-escuela donde daba clases y también regalaba el pan del día anterior, haciéndose popular la frase: "voy al pan con Pirotte", que con el tiempo terminó transformándose en "birote".