Los caballos y las personas han trabajado juntos por muchos miles de años, desde antes de que se escribiera la Biblia. Los hombres han llevado caballos por todo el mundo, cambiando civilizaciones por completo. Los hemos usado en las guerras, en el arte, en el trabajo y como compañía. Hemos inmortalizado a algunos de los caballos más grandes de la historia, como Bucéfalo, el amado corcel de Alejandro Magno, o el poderoso caballo Comanche del General Custer, el primer magnífico Copenhague del Duque de Wellington.

Las historias de caballos ficticios, desde Pegaso a Belleza Negra y Flicka, nos conmovieron a millones de nosotros, y nos recordaron que cada caballo tiene su propia personalidad y su propio espíritu. Varía de acuerdo a su experiencia, y también su raza, que ayudan a definir donde los colocamos.

Conforme nuestras necesidades se hicieron más específicas, comenzamos a criar caballos que se especializaran en diferentes habilidades, desde jalar un carruaje a bailar elegantemente el dressage o ir a la carga en las guerras. Algunas de estas razas son bastante obsoletas en esta época, ¡ya que pocas guerras se llevan a cabo a caballo! Aun así, todavía tenemos concursos de jinetes, carreras de caballos, salto de obstáculos, carreras steeplechase, conductores de carruajes y más. Desde el poderoso caballo de la comarca, al bragado y pequeño pony Shetland, hasta el casi increíblemente hermoso Palomino, cada raza de caballo tiene sus propias peculiaridades y características. ¡Cuéntanos un poco sobre ti y te diremos cuál es el que más coincide contigo!